IDIOMAS
Si hablamos inglés tendremos suerte en la mayoría de las ciudades europeas que visitemos, al menos para comunicarnos de forma rudimentaria.
Dicho esto, si pensamos ir por rutas poco transitadas, o queremos asegurarnos de visitar algún lugar en concreto, o solamente empatizar con el país que visitemos, nos vendrá bien aprender de forma básica el idioma local.
No sería lógico si vamos a pasar un fin de semana en Milán aprender a hablar italiano con fluidez (a no ser que tengamos un deseo manifiesto de aprender italiano). Con una lista de vocabulario de cien palabras o menos podemos arreglárnoslas bastante positivamente para expresarnos por nuestra cuenta. "Gracias", "disculpe", "dónde están los servicios" y "cuánto cuesta" son varias expresiones, de las más útiles que nos conviene aprender, lo justo para transmitir las necesidades humanas más normales.
A no ser que hayamos contado con un profesor de idiomas desde nuestra infancia o hayamos aprendido un segundo idioma en el colegio o instituto, la pregunta es ¿cómo comenzar?
Hay varios métodos conocidos y bastante baratos de empezar a aprender un segundo idioma.
Una de ellas es un manual de conversación en cassette o CD con lecciones grabadas que nos inicien con las frases primordiales del idioma que queramos dominar. Y los más ambiciosos podrían recibir lecciones que incluyesen la estructura de las frases y el uso ordinario de los verbos.
Si queremos, podemos realizar un curso online. Nos permite seguir un programa preestablecido o trabajar con un profesor a distancia.
También podemos intentarlo con otras formas más tradicionales como leer un libro especializado para aprender un idioma, leer un libro escrito en la lengua en cuestión, acudir a clases de idiomas o contratar a un profesor privado.
Sea cual sea la forma que elijamos, hay que pensar en nuestros objetivos (el nivel al que queramos llegar para comunicarnos) y también nuestro método de aprendizaje favorito (visual, oral, etc...).
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